jueves, 9 de junio de 2016

Poesia 2

Soñaba de mil maneras
disfrutar de ese momento.
Yo te esperaba fuera,
tu te duchabas adentro.

Sales al terminar,
tu cuerpo perfecto,
yo te observo atento,
es algo subliminal.

Como musa al posar
apolinea en tu elemento
tu eres medicamento,
del que busca gozar.

lunes, 16 de mayo de 2016

Burguillo


Nueva entrada con mi último cuadro, la calidad de la foto no es una maravilla pero deja verse. Espero que les guste.



Un saludete y no olviden comentar, que el blog quiere merendar.

miércoles, 13 de enero de 2016

Im Alive

Buenos días, buenas tardes y buenas noches, antiguos y nuevos seguidores. Efectivamente, no he muerto, y estoy aquí para incordiaros un poco este año 2016 con nuevas publicaciones.
Me disculpo ante todos por este improductivo pasado 2015, pero he tendido motivos suficientes para estar atareado. Este año procurare brindaros una publicación mensual mínima para vuestro uso y disfrute (tranquilos esta no cuenta para enero) y ya sea de paso revitalizar de nuevo el blog (que el año pasado ni le felicite por su cumpleaños y se encuentra triste).
Dicho esto os empujo a que os mantengáis al tanto porque cualquier día, a cualquier hora, puede aparecer esa publicación que todos esperáis. Ademas este año pretendo acabar ese libro que tanto tiempo me esta llevando, el cual no se si he mencionado alguna vez en el blog. Este no lo subiré al blog pero si facilitare enlaces y medios para que lo adquiráis. Y ahora si, acabo con esta casipropuestadeaño y me despido hasta la siguiente publicación.

No olvidéis comentar, que si no el blog se muere de hambre,

jueves, 19 de febrero de 2015

Hola y adios

Todos somos uno cuando cada uno somos el otro. En ocasiones uno no es otro y todos no son uno, es ahí cuando otro se queda fuera. Todos hablan y escuchan pero no todos escuchan lo que todos hablan, unos escuchan a otros y otros escuchan a unos, pero ellos no le escuchan. El se acaba.

martes, 3 de junio de 2014

Acto cuarto


Agacha su cabeza, comienza a reír y tiembla. Su risa es como un rugido agónico. Tiene los brazos colgando y los balancea hacia los lados suavemente mientras avanza de forma errática y tambaleándose. Cambia su actitud repentinamente a una posición algo agresiva aunque no mas demente de lo que ya es.

La chica da un paso hacia atrás y se asusta un poco.

Corre hacia la puerta y la bloquea poniéndose frente a ella y extendiendo sus brazos. Levanta la cabeza a la vez que suelta un “buh”, me mira y dice:

-Pero nada de eso importa ya, ahora yo estoy aquí y tu estas aquí, y nada ni nadie puede impedir que tu yo nos divirtamos un poco, si no por que ibas a venir a verme a mi a este lugar. Tus pecas se parecen a las suyas ¿no crees? 

Corre hacia mi, se me abalanza con las manos en posición de desgarrar. Lanza sus uñas hacia mi cara y…

Todo esto junto a aporreos a la puerta que enmascaran ligeramente las últimas palabras es lo que se encontró en la grabadora de la desafortunada periodista. La sala esta insonorizada y para cuando entramos ya era demasiado tarde para ella. Tenía la cara completamente desfigurada y yacía sobre un charco de sangre. El interno se encontraba sentado en su butaca con las piernas cruzadas observando lo que momentos antes acababa de hacer sin ningún tipo de compasión ni cordura. Tenía las manos y el cuerpo cubiertos de sangre y, tras mencionar lo ocurrido, solo murmuraba palabras sin sentido alguno. Probablemente la periodista fuese la ultima persona que hablaría con el pues, tras el incidente, él, el interno, fue trasladado a un psiquiátrico de alta seguridad y fue aislado en una celdilla, según los que lo ordenaron, de por vida. Tras esto no se supo nada mas de este hombre y esta mujer, que buscaba fama a cualquier precio y al final la encontró, por el mas alto.


Y con este acto concluye la historia que comenzó este sábado pasado. Espero que os haya gustado ya que es la primera vez que escribo en clave de "suspense". Próximamente mas y mejor si cabe. Un saludo y no olvidéis comentar.

lunes, 2 de junio de 2014

Acto tercero



Pasan algunas horas de tediosa espera y me dicen que puedo entrar de nuevo, si aun lo deseaba después de ver lo ocurrido, en la sala. El hombre que me lo dice me mira con cara de desprecio y asombro todo junto cuando le respondo con una afirmativa a su sugerencia.

Entro en la sala y le encuentro tumbado en el centro de la sala, donde antes se encontraba la butaca que ahora reposa en el suelo, en posición del ángel mirando hacia arriba. Al sentirme entrar incorpora ligeramente la cabeza y clava sus ojos salvajes en los míos. En ese momento siento como se me hiela el cuerpo.

Mientras avanzo hacia delante para situarme mas cerca del él, siempre manteniendo una distancia prudente, se oye como la puerta se cierra tras de mi con un portazo, entonces él me sorprende con un “ya tardabas” con un tono ligeramente imperativo. Seguidamente reencauza su historia sin mediar mas palabra.

-Salimos varias veces. A ella le gustaba bastante pasar el tiempo conmigo. Llegamos a quedar hasta varias veces por semana. Íbamos juntos a tomar refrescos a bares, a dar paseos por la ciudad. Pasábamos alguna tarde en su casa, o en la mía, y siempre me decía: “Eres diferente a los demás y eso me gusta”. A mi me gustaba ella su cara, todo, pero no la aguantaba. Siempre escuchaba esa vocecita “ñi ñi ñi” no se cansaba.

Él eleva su cuerpo quedando sentado en el suelo y cruza sus piernas. Su expresión cambia a una algo mas preocupada. De hecho podría decirse que sentía casi pena. Prosigue:

-Ya llevábamos casi un año así y yo lo tenia muy claro desde el primer momento pero parecía que a ella  se le había olvidado. Se enfadaba conmigo. Me decía que a veces parecía que no la hacia caso, o que simplemente la miraba embobado. Sentía como se alejaba. Entonces pensé: “Quizá me este demorando demasiado en lo que acordamos y se halla cansado”. En aquel momento lo decidí sin vuelta atrás, seria hoy. No podía dejar que una idea tan clara, tan directa se desaprovechase.

Su cara se vuelve mas demente de lo normal con un ligero matiz de vicio atormentador.

-Esa misma noche nos vimos y lo hice. Cumplí con lo que le dije el día que la conocí. Nos sentamos en mi sofá los dos juntos, saque mi cuter, y comencé a unir todas y cada una de sus pecas como si de constelaciones ignotas se tratasen. Ella gritaba. Gritaba mucho y se retorcía. La tape la boca con la mano y la inmovilice con el cuerpo. Creo que la gustaba resistirse. Cuando acabe la solté y ella me intento golpear, no entiendo por que, entonces fue un acto reflejo el pasarle el cuter por el cuello. Inmediatamente llame a emergencias pues yo no quería hacerla nada mas halla de lo que me pidió. No la volví a ver nunca más.   

 El rostro le palidece, se tambalea emocionalmente, casi creo que iban a salir lagrimas de esos ojos vacíos pero…

domingo, 1 de junio de 2014

Acto segundo


El flexo nos golpea con su luz y un zumbido desde la absoluta oscuridad.

Nuestro sujeto podría pasar horas hablando y no comprenderíamos nada de lo que dice, eso nos han contado, pero se esfuerza por que esto lo entendamos, o al menos eso parece.

Sus muecas, sus gestos, su semblante. Jamás había visto semejante desprecio por todo. Habla de todo ello con total naturalidad, como el que te cuenta lo que hizo el sábado anterior  mientras toma un café sentado en una terraza.

Miro su cara seria, que aun desprende todas esas desquiciantes sensaciones mientras él continua relatándonos su vesania.

- Me miraba y sonreía, parecía que aquella pobre chica no entendía nada. Fue muy insistente y acabamos quedando una tarde ella y yo solos, hizo hincapié en esta última parte. Me sorprendió pues la gente habitualmente prefiere encontrarse conmigo en lugares un poco mas poblados por decirlo de alguna manera. Yo la invite a mi casa.

El sujeto para y toma aire muy, muy despacio. Mira a un lado y a otro. Se reclina hacia adelante y coloca su brazo sobre su rodilla a la vez que agita suavemente hacia los lados su dedo índice extendido. Y avanza.

- En mi casa no paraba de husmear todo. Observaba y toqueteaba. Me estaba molestando, todo le parecía precioso. Y ahí, en mi casa, como si me lo estuviese pidiendo, dijo claramente mientras se sentaba en mi sofá sin permiso alguno “Ya no hay personas como tu, esa frase tan romántica cuando me conociste, ¿la tenias preparada? Fue preciosa” yo no podía contestar otra cosa que no fuese un si. Lo estaba deseando y ella también quería. Pero yo no soy un cualquiera, no me entrego a cualquiera que se me cruce. Además era preciosa, era perfecta, demasiado, era, era…

Dando un golpe con sus dos manos a la vez en el frente de su butaca se levanta, la butaca cae hacia atrás, y comienza a caminar en círculos airado. Me recomiendan que salga un rato fuera.

Él parece mostrarse cooperativo, cosa que nunca había hecho según me están informando. Me perturba aun mas la idea de que quizá yo sea la única persona con la que habla desde entonces.

La luz comienza a desvanecerse.